Soy muy fan de las historias y de quienes las cuentan con más que solo palabras. Por eso decidí incluir en mi Substack algunas de las películas que más me inspiran visualmente. Películas que no solo disfruto como espectador, sino que me han enseñado a mirar distinto como fotógrafo.
ROMA, de Alfonso Cuarón, es una de ellas.
Título: Roma (2018)
Director / Guionista / Productor / Cinematógrafo: Alfonso Cuarón
Fotografía: También fue a cargo del mismo Cuarón, quien tomó el lugar originalmente previsto para Emmanuel Lubezki para mantener cercanía con el equipo y la historia
Formato: Rodada con Arri Alexa65 en blanco y negro, lentes Prime 65 mm. Buscó una recreación muy cuidada del México de los años 70
Había visto del Cine de Cuarón una sensibilidad visual muy fuerte. Y tu mamá también, Hijos del hombre, Gravity… todas con un estilo distinto, pero con algo en común: el movimiento de la cámara como parte del lenguaje emocional.
Pero en ROMA, algo cambia. La cámara no se mueve para seguir sino para observar. Es como si en lugar de narrar con la cámara, Cuarón quisiera quedarse quieto y esperar a que la vida pase frente a ella. Hay paneos lentos, composiciones amplias, luces naturales que no buscan impresionar. Cada plano parece haber sido pensado desde la memoria y el recuerdo, no desde la estética.
Por alguna razón el uso del blanco y negro no se siente nostálgico. Se siente preciso. Como si eliminar el color fuera una forma de quedarse con lo esencial; Solo luz, forma y tiempo.
Los planos se sostienen. Hay escenas donde no pasa “nada” durante segundos largos. Pero si uno mira bien, pasa todo. Un personaje que respira diferente. Un niño que deja de jugar. Un gesto que no se repite.
Ahí está la fuerza visual de la película. En su silencio. En su pausa.
Después de ver ROMA, volví a pensar en cómo fotografío lo cotidiano. En cómo una escena simple puede guardar una vida entera si uno la observa sin prisa. Cuarón no nos dio una lección de técnica (aunque tiene una técnica de composición hermosa), nos dio un ejemplo de humildad visual. De cómo mirar con respeto, con paciencia, con cuidado. Y de cómo, a veces, recordar también es una forma de encuadrar lo que no debe olvidarse.