— Oiga Don Marco, ¿y por qué elige este lado del lago para pescar?
— Porque la mayoría de veces no hay turistas preguntando estupideces.
No me quedó de otra que cerrar la boca e ir directo al muelle. Fingí leer pero en mi mente no paraba de reir por la tremenda padreada que me había dado don Marco. Viejo cabrón, es una hermosa persona y ahora sé que simplemente le gusta trabajar en silencio.
Yo soy igual. Detesto que me hablen cuando estoy tratando de resolver un problema o que me hagan quitar los audífonos cuando estoy editando. Me gusta mi espacio, mi silencio. ¿Cómo me voy a enojar con alguien que me pide exactamente lo mismo?
Viejo cabrón, aunque me puteó logré sacarle unas fotos. Las tomo como mi bandera y recordatorio que la paz ajena, se respeta.
Así que don Marco, a donde quiera que esté le mando un abrazo. Mil gracias por la hospitalidad y la lección.
Qué lugar!! Y sí, que templo la paz metal.