Lucía Cruda Q&A
Una mirada a la fotografía como ritual, memoria y transformación.
Hace poco más de un año me suscribí a un newsletter que me sorprendió desde el primer momento. No hablaba de fotografía desde lo técnico, sino desde un lugar más íntimo, más humano. Así conocí a Lu, y a su manera tan personal de mirar el mundo a través de la cámara.
Con el tiempo hemos coincidido en varias reuniones que suelen ser tan desafiantes como introspectivas. En cada una de ellas he visto cómo su mirada ha ido transformándose, del mismo modo en que ella transitaba hacia una nueva etapa: la de ser madre.
Lu es una de esas personas con las que siempre vale la pena conversar, porque su manera de pensar la imagen va mucho más allá de la fotografía. Por eso sabía que invitarla a este Q&A sería una decisión acertada.
¿Cómo iniciaste en la fotografía? (Si recuerdas una primera foto/episodio que marcó el camino, mejor.)
La primera reflex llegó a mis manos el 11 de junio de 2008 justo cuando cumplía 22 años, pero la fotografía me acompañaba desde antes.
Mi mamá dice que yo le hacía las fotos con mi hermana cuando era bebé, pero yo tenía menos de 5 años y no me acuerdo.
Según mi memoria, mis inicios fueron durante la pre-adolescencia, a fines de los 90’ con apenas 11 o 12 años. Recuerdo llevar siempre conmigo una pequeña y negra cámara analógica, larguita porque usaba carretes 110mm. Creo que nunca más volví a ver uno.
La cámara me acompañaba en las salidas con amigas, y fue transitando conmigo la vida. No era una fotografía artística ni mucho menos, eran fotos nuestras, de nuestra simple vida, un registro cotidiano. Pensandoló, no ha cambiado tanto el foco de mi mirada desde entonces.
¿Quién o qué te inspira a hacer tu trabajo hoy? (Personas, libros, películas, música, lugares.)
Me inspiro con muchas cosas, tal vez muchas simples y algunas parte de mi día a día. Pero me inspira mucho la gente que hace cosas, que está en movimiento. También la que emprende desde el corazón. Me inspira la naturaleza, las estaciones del año. Me inspira el mar, el cielo y ver cómo cambia mi entorno cíclicamente. Me inspiran los rituales y las experiencias que apelan a los sentidos, que te hacen viajar hacia otras realidades.
Me inspira mi familia y ser la curadora y guardadora de recuerdos, siento una responsabilidad muy creativa sobre esto.
¿Cuál es tu sujeto preferido para fotografiar y por qué?
Ahora mismo mi hijo, aunque también un poco el entorno donde vivo. Antes mi perra. Y mucho antes, las mujeres. Trabajé mucho tiempo en moda y eso me llevó a fusionarla con una foto más personal. Me encantaba montar mis propias editoriales, eran como rituales creativos en los que me ocupaba de todo: elegir la modelo, el lugar, la ropa, el estilo, etc. Me divertía mucho y era una ocación para compartir con amigas o hacer colaboraciones con personas que me gustaba como trabajaban. Creo que la razón de fotografiar tantas mujeres estaba arraigada a una búsqueda personal, a un trabajo autobiográfico, como si fuera una especie de pseudo-autoretrato .
¿Tienes algún ritual antes de disparar (medir luz, música, respirar, silencio...)? ¿Qué parte es método y qué parte es puro amuleto?
No, pero suelo disparar mucho desde la intuición y el instinto. Me dejo llevar mucho por la sensación-llamada estomacal de dispara!. Sobretodo en una fotografía espontanea.
Pero cuando se trata de una foto más controlada, me gusta preparar el espacio, encender palo santo, estar sensorialmente cómoda y estimulada.
¿Qué te enseñó tu primer cuarto oscuro que no aparece en ningún manual?
La primera vez que estuve en un cuarto oscuro tenía unos 8 años, en un taller de vacaciones de invierno en el que hice una solarización de mi mano. Recuerdo patente la fotografía que resultó de mi mano + algunas cositas tipo flores y hojas. En ese momento me pareció magia. Unos 15 años más tarde volví a habitarlo pero desde la fotografía analógica y fue un antes y un después. El laboratorio me inspira profundamente. Me hace sentir soberana de mi fotografía pero además me hace sentir en plenitud y calma.
El analógico ama el accidente: ¿qué error (fuga de luz, doble exposición, grano fuerte) decidiste conservar porque decía más que la toma “correcta”?
Desde que comencé a trabajar artística y profesionalmente con la fotografía adopté los errores de luz y foco como algo elegido, explorado e incluso investigado.
Siento que el desenfoque puede tener un diálogo muy poético, y las fugas o errores de luz pueden ser una huella que haga de un simple registro una fotografía perfecta y sin igual. Creo que valen mucho la pena cuando suceden naturalmente, y que también son un camino creativo y expresivo a explorar.
¿Dónde pones el límite ético de lo íntimo? ¿Qué decides no fotografiar y por qué lo dejas fuera de campo?
El límite entre lo íntimo y lo compartible siempre fue –y sigue siendo– algo que me hace reflexionar.
No tengo una respuesta definitiva pero sí es verdad que mi límite está continuamente en movimiento, cada vez compartiendo menos y guardándome para mi más.
Es un tema que me hace pensar para qué hago lo que hago. Mis fotografías de registro son cada vez más mías, pero, como hay imágenes que me inspiran a compartir y disfrutar también de ese intercambio.
Ahora, en tu rol de madre, ¿cambió algo en tu relación con la fotografía (temas, tiempos, procesos)?
Entre las cosas que cambiaron la primera que pienso es el tiempo. No solo porque tengo menos disposición, también porque he resignificado totalmente su valor.
Llevo ya un año en proceso de transformación y si bien he hecho muchos movimientos personales y profesionales, la fotografía siempre está. Es mi herramienta de registro necesaria, mi forma de asegurar lo que en un futuro querré recordar. Pero también es mi canal de conexión con el mundo externo, compartiendo lo que tanto me inspira y apasiona.
¿Cuál es tu equipo favorito para trabajar (cámara, lente, película) y qué te gusta de él?
Soy muy fiel a mis cámaras; creo que si se me rompiera alguna –como obviamente ya me ha pasado– me compraría probablemente la misma.
Mi cámara profesional es una canon 5D mark ii que data del 2012 y sigue funcionando increíble. Tengo una reflex analógica EOS que adoro y me permite utilizar las mismas ópticas que la 5D; una reflex ZENIT 12-XP que tiene una óptica alucinante, de cristal, que me encanta; una canon mirrorless que uso sobre todo para registro de video, una sardina de lomography y dos analógicas point & shoot Harman de plástico.
Cada una tiene lo suyo y las suelo utilizar para diferentes cosas. La Canon 5D la uso cuando estoy haciendo registro más artístico, por su calidad y porque me siento demasiado cómoda utilizándola. Es como si disparar con ella fuera mirar y ya, como una extensión del ojo.
La Zenit me encanta su calidad, pero pesa muchísimo así que no suelo sacarla mucho de casa y la utilizo en registros cotidianos y/o experimentales. La analógica EOS es la que suelo llevar de viaje y por ahí. Es relativamente ligera y tiene una calidad muy buena. Después de la 5D es mi preferida.
Las de plástico las uso para experimentar o cuando quiero tener una cámara a mano sin tener que cuidarla mucho. La sardina la tuve hace unos años y por causas ajenas llegó de nuevo a mis manos.
¿Qué viene en tu Substack en los próximos meses?
Tu que me conoces sabes que lo único que puedo asegurar son cambios. Así que sí, cambios.
Esta nueva etapa de vida está llena de nuevas cosas y estoy fluyendo mucho con eso. Este espacio –substack– es para mi un laboratorio con puertas abiertas en el que me permito experimentar pudiendo invitar a otros. Eso me parece maravilloso y lo disfruto mucho.
En estos próximos meses estaré cerrando el año y El Obrador que es el grupo fotográfico que coordino desde hace un año y medio. No sé qué vendrá luego pero estoy segura de que la fotografía será parte y que será íntimo, honesto y sensible.
¡Si quieres conocer más un poco acerca de su fotografía y proyectos, estos post funcionan muy bien!
Muchas gracias
, por participar en este Q&A, por inspirarme y retarme a emprender nuevos proyectos y sobretodo por tu fotografía.









Gracias Fer por invitarme y acompañarme en El Obrador!
Qué interesante!!