Es su última cena juntos. Él tiene que marcharse por un tiempo. Ella llora desconsolada, no entiende que tengan que separarse en el mejor momento. Él la calma y le convence de que volverá, que el amor será más intenso y le regala un colgante que simboliza su amor y la promesa de volver a reencontrarse. Ella sonríe y vuelve a confiar; esperará por él el tiempo que haga falta.
Son amantes y ella está cansada de ser la otra, no puede más. Le duele tener que ocultar ese amor que se profesan. Él se explica, le pide tiempo porque no es fácil el divorcio, y para que pueda hacer alarde en silencio de su amor le regala la gargantilla, como señal de compromiso. Ella le cree, le quiere. Será paciente y mientras mantendrá la llama del amor en silencio.
Yo veo una despedida forzosa, una promesa de volverse a encontrar. Un río de sentimientos que toma dos vertientes diferentes, pero que al llegar al mar volverán a unirse. Así es la vida, a veces es la persona adecuada en el momento equivocado. Veo el tejer de un hilo rojo que superará la distancia y el tiempo, porque el amor de verdad no entiende de vectores, solo de energía.
Ella lleva dándole vueltas al asunto días. Repasando la futura conversación infinitas veces en su cabeza. Tiene que sacarlo porque ya no puede más. Quiere hablar con él, pero no lo quiere lastimar. Por fin lo hace. Lo dice todo. Definitivamente no de la forma en la que lo había repasado tantas veces antes, pero lo hizo. Se siente liberada, se ha quitado un peso de encima. Ya se siente mejor y aún no ha escuchado lo que él tiene que decirle. Él, después de escuchar atento, le agradece y abraza su sentir. Le hace una broma y se aligera el momento. Se ríen como lo han hecho juntos por los últimos 10 años.
Es su última cena juntos. Él tiene que marcharse por un tiempo. Ella llora desconsolada, no entiende que tengan que separarse en el mejor momento. Él la calma y le convence de que volverá, que el amor será más intenso y le regala un colgante que simboliza su amor y la promesa de volver a reencontrarse. Ella sonríe y vuelve a confiar; esperará por él el tiempo que haga falta.
P.D.: Preciosas fotografías. ❤️
Son amantes y ella está cansada de ser la otra, no puede más. Le duele tener que ocultar ese amor que se profesan. Él se explica, le pide tiempo porque no es fácil el divorcio, y para que pueda hacer alarde en silencio de su amor le regala la gargantilla, como señal de compromiso. Ella le cree, le quiere. Será paciente y mientras mantendrá la llama del amor en silencio.
P. D.: son unas fotos preciosas.
Muchísimas gracias Cuca. Me encanta tu interpretación, y me da una perspectiva muy diferente.
Yo veo una despedida forzosa, una promesa de volverse a encontrar. Un río de sentimientos que toma dos vertientes diferentes, pero que al llegar al mar volverán a unirse. Así es la vida, a veces es la persona adecuada en el momento equivocado. Veo el tejer de un hilo rojo que superará la distancia y el tiempo, porque el amor de verdad no entiende de vectores, solo de energía.
Justamente la idea era una despedida, me encanta que lo hayas interpretado así. ¡Mil gracias Minerva!
Ella lleva dándole vueltas al asunto días. Repasando la futura conversación infinitas veces en su cabeza. Tiene que sacarlo porque ya no puede más. Quiere hablar con él, pero no lo quiere lastimar. Por fin lo hace. Lo dice todo. Definitivamente no de la forma en la que lo había repasado tantas veces antes, pero lo hizo. Se siente liberada, se ha quitado un peso de encima. Ya se siente mejor y aún no ha escuchado lo que él tiene que decirle. Él, después de escuchar atento, le agradece y abraza su sentir. Le hace una broma y se aligera el momento. Se ríen como lo han hecho juntos por los últimos 10 años.
Muchísimas gracias Adri. Me encanta la perspectiva de la desesperación por comunicarle algo, muy curioso punto de vista.
Muchísimas gracias Jaime. Le diste justo al clavo con la historia y me encanta la forma en que lo expresaste. Nuevamente, muchas gracias!