Hicimos maletas, y con la excusa de seguir con el proyecto, visitamos un lugar que siempre nos da paz. Atitlan es un lugar mágico lleno de sorpresas, buena vibra y gente hermosa.
Estamos lejos de ser un país, pero somos un hermoso paisaje.
Muy bonito todo, pero necesitaré una semana para recuperarme de la jornada de senderismo. Ojalá que mis rodillas sintieran la misma paz que mi corazón, pero vuelvo con mucha más energía y nuevos amigos que se suman al proyecto fotográfico
Qué maravilla de fotos y de lugar, gracias por compartirte.