10 minutos
Jueves, zona 10. En medio de esta puta ola de calor, el cielo nos regaló 10 minutos de tregua con una lluvia fugaz. Tan fugaz la hijaeputa que solo pasó alborotando más el clima y terminó todo aún más caliente que antes solo que ahora con el asfalto mojado y con accidentes.
10 pinches minutos duró. Tardé más en cerrar las ventanas de lo que duró la infeliz. Pero justo antes de irse la cabrona, dejó pasar unos cuantos rayos de luz que apuntaron directo al mueble del estudio. No con la intensidad de antes, mucho más tenue, mucho más pacífica.
Lo tomé como una señal. Una señal de que me iba a llevar la chingada dirigiendo esta sesión con el puto calor que se venía, pero también como una señal que me recordaba que la vida también está llena de pequeños ciclos.